Los Estanques están constituidos por tres grandes piletas rectangulares dispuestas en fila y rodeadas por una frondosa y maravillosa vegetación.
Estos están animados por ágiles chorros que brotan de los tiestos que adornan las balaustradas.
Al tiempo de su construcción servían como criadero de las más apreciadas variedades de peces, muy cerca de ellas se mandaron construir lujosas y confortables instalaciones para los que quisieran reposar después de un paseo, o para los que necesitaran los accesorios idóneos para la pesca que allí podía practicarse.
De este modo, los amigos del Cardenal podían gozar, además del aire saludable y del encanto de las aguas, de los placeres que ofrecía la pesca en las piletas pululantes de truchas.
En los Estanques navegaban cisnes y patos. Hoy en día, las piletas sirven todavía como criadero para un gran número de peces.
Aquí desde siempre los tiburtinos veneran a "su" Virgen, la Virgen de Quintiliolo.
El parque, a los pies de la acrópolis, fue construido en el 1834...
Situado acerca del supuesto Templo de la Sibila Albunea...
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