La fuente de los Dragones o de la Girándula

La Fuente de los Dragones o de la Girándula constituye el motivo dominante de la perspectiva central de la Villa d'Este, debido a su ubicación en el corazón mismo del jardin. Esta es una fuente muy sugestiva en cuyo centro está situado un grupo de cuatro aterradores dragones, "con las alas y las bocas abiertas para asustar a los hombres que los miraban" realizados, según la leyenda, durante una sola noche, en septiembre de 1572, cuando el Pontífice Gregorio XIII (los dragones aparecían en su escudo) fue huésped de la Villa.


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En un principio la Fuente fue llamada de la Girándula, por los complicadísimo artificios hidráulicos de Tommaso de Siena, que reproducían en una rapidísima y continua serie de disparos, el tronar del cañón, las explosiones de los petardos y de los morteros, los disparos lacerantes de los arcabuces y de las espingardas, de modo que el conjunto hacía un ruido que se parecía a una girándula de sonidos y fragores de armas de fuego, idéntica y tal vez más compleja que la que se encendía en el Castillo de San Ángel, en Roma.

Recientemente han sido recuperados numerosos chorros, que forman un círculo en torno al altísimo y potente chorro de agua, que se lanza contra el cielo y llena la atmósfera de sonoros y furiosos chisporroteos.
La Fuente fue ideada y construida por Pirro Ligorio, que según su costumbre, creó antes que nada una masa arquitectónica de gran efecto.


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De hecho, las dos armoniosas escalinatas que rodean y abrazan a la Fuente, unen muy equilibradamente distintos planos de altimetría y de perspectiva.
Además de constituir una notable afirmación arquitectónica, la Fuente es también una joya escultórica, y se distingue de las demás por una particular gracia.
Donde terminan las dulces elipses de las escalinatas, yace una anchísima pileta de forma también elíptica, y en medio surge el grupo de los cuatro dragones alados, con las cabezas levantadas y las fauces pavorosamente abiertas.

Las esculturas son muy expresivas y están impregnadas de un vivo realismo. En el centro, detrás de la Fuente, entre dos parterres de césped se encuentra un bello ninfeo, originariamente adornado con valiosas estatuas.

 

 

 

 

 

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