Una vez atravesado el Puente Gregoriano (construido después de los bombardeos por las tropas alemanas en el 1944 exactamente igual al original, que mandó contruir Gregorio XVI en 1826), para ir hacia la estación de trenes saliendo de la ciudad, a mano izquierda se encuentra la Villa Gregoriana.
Nacida sobre los precipicios del río Aniene y sobre las empinadas pendientes fluviales de Monte Catillo, fue costruida sopra las ruinas de época romana de la Villa de Manlio Vopisco, cónsul romano en el año 114 d. C.
La Villa es llamada Gregoriana en honor al Pontífice Gregorio XVI que, en 1835 abrió nuevos desahogos al impetuoso río de Tívoli y a su devastadora furia para hacerlo impotente.
Estas galerías, ideadas y ejecutadas entre 1832 y 1835 por el arquitecto Clemente Folchi,
fueron mandadas construir por el Pontífice Gregorio XVI para evitar que se repitiera el desastre de 1826, cuando una gran inundación y consiguiente catastrófica crecida del río, derribó muchos edificios y muchas personas perdieron la vida.
Los gastos fueron de 284 mil escudos.
La galería de Monte Catillo, trabajo dificultoso y de gran magnitud, fue llevada a cabo de manera perfecta, y las aguas del Aniene así canalizadas, tuvieron que resignarse para siempre a ser dóciles, sin contar jamás con la posibilidad de provocar imprevistos desastres.
Desde la desembocadura de la galería, accesible desde la Villa Gregoriana, se precipita como se dijo, la gran cascada, de 120 metros de altura y que originariamente arrastraba una gran cantidad de agua por segundo.
La inauguración oficial fue el 7 Octubre de 1835: Papa G. XVI asistió al salto de la cascada artificial desde un lugar llamado "El trono".
Más tarde, las aguas, a pesar de los acuerdos realizados para dejar pasar una determinada masa para la cascada, fueron utilizadas por completo en un punto anterior del río para la producción de energía eléctrica, de modo que el caudal que pasa por la cascada ha disminuido notablemente.
La sugestión que inspiran los lugares todavía salvajes y el especial ecosistema, hacen de este sitio, un lugar unico en el mundo.
Aquí desde siempre los tiburtinos veneran a "su" Virgen, la Virgen de Quintiliolo.
El parque, a los pies de la acrópolis, fue construido en el 1834...
Situado acerca del supuesto Templo de la Sibila Albunea...
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