En cumplimiento del voto que Silla habìa hecho a la diosa Fortuna al ecomandarle sus empresas, fue erigido el santuario de la Fortuna Primigenia, situado en el foro, donde también se halla el templo de Júpiter Emperador. También fue erigida la basílica, así como el Iseo, también llamado "antro de las suertes".
Preneste alcanzó su máximo esplendor en la época imperial debido a la importancia religiosa del Templo de la Fortuna Primigenia, con su célebre oráculo.
A lo largo de la Edad Media, creció sobre las terrazas del templo de la diosa Fortuna Primigenia y fue una importante plaza de armas para la defensa de Roma contra las incursiones de los Godos y de los Longobardos. Entre sus obispos se cuentan 5 cardenales que se convirtieron en papas. Palestrina entre otros acontecimientos se convirtió en posesión de de la familia Colonna, que en varias ocasiones hicieron la guerra a los papas, con consecuencias desastrosas para la ciudad: en 1297 el Papa Bonifacio VIII mandó realizar una especie de cruzada contra la ciudad a causa de su enemistad con los Colonna. Palestrina fue destruida y luego entregada a otra familia de gran poder dentro de Roma, los Caetani. En 1630 la ciudad se convirtió en posesión de los Barberini.
Sobre el gran templo de la diosa Fortuna Primigenia se erige el palacio edificado en el año 1500 como fortaleza de la familia Colonna, modificado posteriormente en 1630 por Barberini. El palacio Barberini, de estilo renacentista, actual sede del Museo Nacional Arqueológico Prenestino, conserva obras relativas al culto a la diosa Fortuna, esculturas de la época imperial y hallazgos provenientes de la necrópolis de Praeneste.
La moderna ciudad de Palestrina se centra en las terrazas del Santuario de la Fortuna Primigenia. La ciudad ha llegado a ocultar en gran medida el templo, cuyos restos monumentales quedaron de manifiesto como consecuencia de los bombardeos estadounidenses de las posiciones alemanas en la segunda guerra mundial.